Si bien es sabido, la mayoría de alimentos frescos o cocinados se pueden congelar, pero hay algunos de ellos que por su composición pierden o modifican su sabor y textura, y que a la hora de descongelarlos no resultan agradables a la vista y al gusto. A continuación os damos algunos ejemplos:
- Huevos: crudos con cáscara no se pueden congelar, ni cocidos. Pierden el sabor y adquieren una extraña consistencia. Puedes congelar las claras y las yemas. En nuestra sección de "Trucos y Consejos" te indicamos cómo.
- Productos grasos: Cambia su textura, tales como embutidos, tocinos, pancetas, jamones, etc.
- Ensaladas verdes / frescas (lechuga, espinadas, en general de hojas verdes), al descongelarlas quedan mustias-marchitas.
- Pepino: se pone blando.
- Uvas: se ponen pastosas, al igual que las manzanas y peras crudas.
- Patatas: crudas o cocidas, pierden sabor y modifican su textura.