Sanas y sabrosas. Cocina las remolachas con su piel hasta que empiecen a ablandarse, después pélalas y córtalas en rodajas, o bien pela la remolacha cruda, córtala en trozos y hazla al vapor.
Sugerencia: usa guantes desechables para evitar que se te pongan las manos rojas. Si no tienes, encontrarás un truco en este enlace.
Congélala en las Bolsas de Congelación Albal® y cuando las vayas a usar, sólo tienes que descongelarlas y ponerla directamente en una ensalada, aliñar y a disfrutar.