Lo mejor para las sobras:
Si sobra crumble, sólo se necesita cubrir el recipiente con papel de aluminio Albal® y al día siguiente hornear durante 5 minutos a unos 180ºC, estará deliciosamente caliente y crujiente.
Tanto si la elaboras para uno o más comensales, es una receta fácil de preparar que no te llevará mucho tiempo, 10 minutos o menos, el horno hará el resto. Es riquísima, dulce y crujiente y te sacará de más de un apuro siempre.
¿Ha quedado una triste y solitaria manzana, pero ya no presenta la piel dura y lustrosa? ¿Tiene un aspecto arrugadito y da la sensación de no estar crujiente? ¿Han quedado algunas bayas solitarias en el frigorífico o algunos restos de fruta? ¡Todo es perfecto para hacer un crumble! El crumble tiene su origen en Inglaterra, se elabora con fruta y una mezcla de harina, mantequilla y azúcar. ¿Quieres saber cómo se hace? ¡Te lo contamos ahora mismo!
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Paso 1
Precalentar el horno de convección a 180ºC (200 °C de calor superior/inferior). Lavar la fruta, pelarla y cortarla en dados y repartirla en 2 tazas o pequeños boles, aptos para horno y que han sido untados previamente con mantequilla. (Si se desea un sabor más dulce, se puede añadir un poco de azúcar y canela a la fruta. Opcional según los gustos).
Paso 2
Derretir los 30g de mantequilla en un cazo pequeño a fuego lento. Retirar del fuego.
Mientras tanto, mezclar el azúcar, la harina y la pizca de sal. Una vez esté todo bien mezclado, agregar la mezcla a la mantequilla y remover con un tenedor hasta conseguir una masa similar a las migas, debe quedar suelta (parecido a la arena). La vertemos sobre las frutas y se meten al horno durante 25 minutos. Colocar la bandeja en la parte media del horno. Una vez horneado, sacar del horno y dejar reposar unos minutos. El crumble se sirva caliente. Se puede acompañar con helado o con nata montada.
Consejo
Si se desea utilizar mayores cantidades de fruta, utilizar una fuente apta para horno más grande y multiplicar la cantidad de fruta y de crumble según convenga.
Consejo
El crumble se puede preparar con cualquier fruta. Incluso con las frutas que ya no son tan frescas (por ejemplo, ciruelas, nectarinas, melocotones) pueden utilizarse de una manera deliciosa. Las bayas o restos de frutas demasiado maduras o que no aguantan por mucho tiempo (por ejemplo, fresas, frambuesas) pueden congelarse en una bolsa de congelación Albal® para conservarlas durante más tiempo. Una vez que se necesiten, sin descongelar, se les añade la mezcla de crumble. El resto lo hace el horno.
Si sobra crumble, sólo se necesita cubrir el recipiente con papel de aluminio Albal® y al día siguiente hornear durante 5 minutos a unos 180ºC, estará deliciosamente caliente y crujiente.
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