Lo que necesitas para congelar judías:
- Bolsas de Congelación Albal®
- Tabla de cortar, cuchillo, olla, colador y papel de cocina
- Sal
- Tazón, posiblemente cubitos de hielo
- y, por supuesto, las judías
¿Es necesario escaldar las judías verdes antes de congelarlas? ¿Cuál es la vida útil de las judías congeladas? ¿Algún aspecto que necesite atención especial? Explicamos paso a paso cómo congelarlas.
En verano y a principios de otoño, las judías están en temporada y pueden ser cosechadas tanto en tu propio jardín, como compradas en tu comercio de confianza. Incluso aquellos que han comprado judías verdes durante el resto del año o fuera de temporada pueden congelarlas y así extender su vida útil.
Limpia y lava las judías. Para ello, corta las puntas con un cuchillo y quita los hilos que se quedan. Luego rómpelas o córtalas en pedazos, dependiendo de su longitud.
Las judías también se pueden congelar directamente después de desenhebrarlas y lavarlas. Sin embargo, para asegurarse de que siguen estando crujientes después de descongelarse y no pierden su hermoso color verde, vale la pena escaldarlas. Esto inactiva las enzimas y extiende su vida útil en el congelador.
Para escaldar, pon a hervir suficiente agua salada en una olla y coloca las judías en el agua hirviendo durante dos minutos. Posteriormente, aparta las judías con una espumadera o escúrrelas en un colador. Luego colócalas en un tazón de agua muy fría, preferiblemente con algunos cubitos de hielo, y déjalas enfriar durante uno o dos minutos. Pasado este tiempo, escúrrelas bien y procede a colocarlas sobre sobre papel de cocina hasta que se sequen completamente.
Ahora pasa las judías a una Bolsa de Congelación Albal®. Elimina el aire de la bolsa y ciérrala. Las judías ya están listas para congelar.
Las judías congeladas tienen una vida útil de nueve meses en el congelador. Para asegurarnos de que no se nos olviden, la Aplicación Foodsaver de Albal® nos recordará hasta qué fecha podemos usar nuestras judías.
Por cierto, las judías congeladas pueden usarse directamente desde congelador para cocinar y freír. Se descongelan con la misma agua de cocción o con la alta temperatura de la sartén.
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