Congelar setas: paso a paso
Congelar setas no requiere mucha preparación: simplemente tienes que escaldarlas o saltearlas antes de congelarlas. Para hacerlo correctamente, sigue estos pasos:
- Limpia las setas con un cepillo o con papel de cocina húmedo. Si están muy sucias, utiliza un poco de agua.
- Corta los extremos de los tallos y las partes dañadas o secas. Las setas pequeñas se pueden congelar enteras, sin necesidad de cortarlas. Sin embargo, si son grandes, te recomendamos cortarlas en cuartos o en láminas.
- Pon las setas limpias en agua hirviendo con sal durante unos minutos o saltéalas en una sartén caliente con aceite de oliva. Si optas por escaldarlas, añade unas pizcas de ácido cítrico al agua de cocción y enjuaga las setas bajo agua fría después de un breve hervor para cortar el proceso de cocción.
- Deja enfriar las setas escaldadas o salteadas y sécalas suavemente con papel de cocina. Para evitar que se peguen unas con otras, reparte los trozos de setas en un plato grande o en una bandeja de horno y congélalos primero en ella.
Por último, mete las setas en una bolsa de congelación de Albal®, saca cuidadosamente el aire de la bolsa, ciérrala y congélala para ahorrar espacio. ¡Listo!