Congelar ciruelas sin hueso
A la hora de congelar ciruelas, lo más sensato y cómodo es prepararlas para su uso posterior antes de congelarlas y, sobre todo, deshuesarlas. ¡Aquí te explicamos todo el proceso!
- En primer lugar, selecciona las ciruelas que estén muy blandas o un poco dañadas y cocínalas, por ejemplo, en una compota de ciruelas. El mejor momento para congelar las ciruelas es cuando están duras y firmes. Para ello, lava la fruta y quítales los tallos y las hojas que tengan. Sécalas bien con mucho cuidado.
- Para quitarles el hueso, corta las ciruelas por los lados con un cuchillo afilado y saca el hueso.
- Para evitar que las ciruelas se peguen entre ellas, repártelas bien en un plato y congélalas primero así durante una hora aproximadamente. Una vez pasado este tiempo, puedes meterlas en una bolsa de congelación hermética Ultra-Zip® de Albal® de 1 litro y congelarlas hasta que las necesites.